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Cáncer colorrectal: pruebas de detección

Las pruebas de detección se hacen para verificar si hay un cáncer antes de que la persona presente síntomas. Es muy importante hacerse pruebas de detección periódicas para el cáncer colorrectal, ya que a menudo permiten detectar el cáncer temprano, cuando es pequeño y más fácil de tratar. De hecho, con estas pruebas se puede prevenir la mayoría de los casos de cáncer colorrectal. Permiten al proveedor de atención médica detectar y extirpar los crecimientos dentro del colon o del recto (que se llaman pólipos colorrectales) antes de que puedan convertirse en cáncer. 

Tipos de pruebas de detección

Hay muchas pruebas para detectar el cáncer colorrectal. Con algunas, el proveedor también puede, a la vez, detectar y extirpar pólipos precancerosos.

Pruebas de detección para detectar pólipos y cáncer colorrectales

  • Colonoscopia. En esta prueba se observa el recto y el colon por completo. Se usa un colonoscopio. El colonoscopio es un tubo largo con luz y con una cámara diminuta en el extremo. Este endoscopio se introduce por el recto. A medida que el endoscopio pasa por el colon, el proveedor de atención médica busca pólipos u otras zonas anormales. Estas zonas y los pólipos se pueden extirpar y enviar a un laboratorio para examinarlos. Le dan medicamentos para que se duerma a fin de que no sienta dolor durante la prueba. La colonoscopia es la única prueba que le permite al proveedor ver todo el colon y el recto y extirpar pedazos de las zonas anormales para su evaluación. Si le hacen cualquiera de las otras pruebas y se detecta algo, es probable que deba hacerse una colonoscopia. 

  • Sigmoidoscopia flexible. Con esta prueba, se puede observar el recto y la parte inferior del colon. El proveedor de atención médica le coloca en el recto un tubo largo con luz y con una cámara diminuta en el extremo. Ese tubo se llama sigmoidoscopio. El proceso es el mismo que el de la colonoscopia, pero el endoscopio no entra tan adentro. Solo se observa el colon sigmoide, que está después del recto. El proveedor busca pólipos u otras zonas anormales. Si se encuentran, se pueden extirpar y enviar a un laboratorio para examinarlos. En los EE. UU., la colonoscopia es más frecuente porque permite revisar todo el colon.

  • Colonoscopia virtual (colonografía por tomografía computarizada). Esta prueba es un tipo especial de tomografía computarizada del colon y del recto. Una vez que se obtienen las imágenes de la tomografía, se combinan en una computadora para crear una imagen tridimensional. Esto permite al proveedor observar si hay pólipos o cáncer. Esta prueba no permite hacer biopsias simultáneas, por lo que, si se observa alguna anomalía, deberá hacerse una colonoscopia (consulte más arriba).

Tipos de pruebas de detección

En estas pruebas se buscan signos de cáncer en las heces. Estas pruebas pueden hacerse en casa. Pero es menos probable que puedan verse los pólipos. Y deben hacerse con más frecuencia que las pruebas anteriores:

  • Prueba de sangre oculta en las heces (FOBT) o prueba inmunoquímica fecal (FIT). Estas pruebas permiten observar si hay sangre oculta en las heces. Cuando se evacúan los intestinos, es fácil romper los vasos sanguíneos de los tumores cancerosos y, a veces, de los pólipos. Por eso puede aparecer sangre en las heces. Para estas pruebas, debe tomar una cantidad pequeña de heces con un cepillo o con un aplicador de madera. Luego, la coloca en una tarjeta especial capaz de encontrar sangre. En la mayoría de los casos, debe hacer este proceso con unas cuantas deposiciones seguidas. Y, luego, debe enviar las tarjetas al consultorio del proveedor de atención médica o a un laboratorio.

  • Prueba de ADN en heces. Con esta prueba, se buscan cambios en el ADN en las células de las heces, que podrían ser signos de cáncer. También se puede detectar sangre oculta en las heces. Para esta prueba, debe recoger una deposición completa. Para ello, se usa un envase especial que se coloca en el inodoro. Las heces se envían a un laboratorio para su análisis. El proveedor de atención médica le dará un kit y le indicará cómo hacer la prueba en casa.

Qué recomiendan los grupos de expertos

Desde la Sociedad Americana contra el Cáncer (American Cancer Society) y el Grupo de Trabajo sobre Servicios Preventivos de los Estados Unidos (U.S. Preventive Services Task Force), se recomienda que las personas con riesgo promedio de cáncer colorrectal se hagan pruebas de detección a partir de los 45 años. Esto se debe a que hubo un aumento de los casos de cáncer colorrectal en personas menores de 50 años. La frecuencia con la que deben hacerse las pruebas de detección depende de la prueba que se haga.

Las pruebas para las personas de 45 años con riesgo promedio de cáncer colorrectal incluyen una de las siguientes opciones:

  • Una colonoscopia cada 10 años

  • Una sigmoidoscopia flexible cada 5 años (o cada 10 años más análisis de heces mediante FIT)

  • Una colonografía por tomografía computarizada (colonoscopia virtual) cada 5 años

  • Una prueba de sangre oculta en las heces (FOBT) o una prueba inmunoquímica fecal (FIT) todos los años

  • Una prueba de ADN en heces cada 1 a 3 años

Las pruebas periódicas de detección de cáncer colorrectal para las personas con riesgo promedio continúan hasta los 75 años si se tiene buena salud y una esperanza de vida de 10 años o más. Si tiene entre 76 y 85 años, hable con el proveedor de atención médica para ver si debe seguir haciéndose pruebas de detección. No se recomiendan las pruebas de detección en personas mayores de 85 años.

Riesgo promedio y riesgo alto

La mayoría de las personas tienen un riesgo promedio y deben seguir recomendaciones como las anteriores. Pero algunas personas corren un mayor riesgo de cáncer colorrectal según lo siguiente:

  • Antecedentes personales o familiares de cáncer colorrectal

  • Pólipos precancerosos detectados en biopsias anteriores

  • Personas que tienen o podrían tener determinados síndromes hereditarios, como la poliposis adenomatosa familiar (FAP) y el síndrome de Lynch, o cáncer colorrectal hereditario sin poliposis

  • Antecedentes personales de enfermedad inflamatoria intestinal, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa

  • Personas tratadas con radiación en el abdomen o en la pelvis en el pasado

Es posible que estas personas deban empezar a hacerse las pruebas de detección desde más jóvenes. También podrían necesitar pruebas de detección con mayor frecuencia. Por ejemplo, si en la colonoscopia se detectan determinados tipos de pólipos, es posible que deba hacerse otra colonoscopia en los próximos 3 a 5 años, en lugar de esperar 10 años.

Hable con el proveedor de atención médica

Es importante conocer los riesgos que tiene. Consulte al proveedor de atención médica qué riesgo tiene de cáncer colorrectal, cuándo debe empezar a hacerse pruebas de detección y qué pruebas serían las más convenientes en su caso. Además, hable con el agente del seguro médico para saber qué pruebas están cubiertas.

No importa qué prueba elija, lo más importante es que se examine y que las pruebas de detección se hagan en los momentos indicados. Tenga en cuenta que puede evitar cirugías y tratamientos futuros que tienen efectos secundarios graves si se previene el cáncer colorrectal o se detecta temprano con estas pruebas de detección habituales.

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